martes, 24 de diciembre de 2013

Soylent crab

Que los muslitos de cangrejo están hechos de cualquier cosa menos de cangrejo es algo que todo el mundo sabe. De hecho, por poco que leamos los ingredientes en la caja, veremos que el ingrediente principal es el famoso surimi y que este a su vez está compuesto de varios tipos de pescado indeterminados (como el abadejo, el pez gato) y puede que de cefalópodos. A partir de ahí, la industria alimentaria se encarga de echarle mierdas varias para que el producto parezca y tenga algo de sabor de cangrejo aunque en el envase nunca se mencione la palabra 'cangrejo' sino 'de mar', o sea muslitos de mar.

Pero por lo menos antes tenían el detalle de insertar algo que parecía una pinza de verdad. No me atrevo a decir que de cangrejo pero sí de algún desafortunado bicho terrestre o marino al que cazaban y amputaban sus extremidades para utilizarlas a modo decorativo. Entonces nos autoengañábamos y fingíamos que comíamos cangrejo.

Ahora no.


La gente de Pescanova se ha atrevido a prescindir de la única parte que evocaba al cangrejo (y la única parte que no se comía, a decir verdad) como si fuera todo un logro en la evolución de la comida falsa lista para cocinar.


Me gustaría sugerir que este producto sea conocido de ahora en adelante como 'Muñones de Mar' puesto que así la repugnancia del nombre estará en sintonía con el dudoso placer de meterse en la boca una bola de surimi 100% rebozado y rematado con un apéndice blanduzco que poco o nada tiene que ver con la experiencia de chupar las pinzas de una alimaña que bien podía ser un cangrejo violinista o un escorpión Goliath del desierto del Kalahari.

Gracias por acabar con los pocos placeres que me quedaban en estas fechas de mierda.

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