sábado, 28 de septiembre de 2013

El príncipe Felipe emigrará a Bélgica para buscar trabajo

"Hola, mi nombre es Felipe B. G. tengo 45 años y todavía no he tenido la oportunidad de trabajar de lo mío"


Este madrileño es otro ejemplo de joven altamente preparado que ve cómo su oportunidad laboral nunca llega. Actualmente vive en casa de sus padres con su mujer y sus dos hijas y se plantea seriamente irse al extranjero para labrarse un nuevo y esperanzador futuro.

"Vivo de la asignación mensual que me da mi padre y gracias a Dios no pasamos estrecheces. Mi mayor ilusión era hacerme cargo de la empresa familiar pero, por el motivo que fuere, a los jóvenes en este país no se nos da una oportunidad para demostrar lo que valemos. No sé para qué me he estado formando tantos años: tengo una licenciatura en Derecho y un máster en Relaciones Internacionales; hablo a la perfección inglés y francés y soy un entusiasta de los deportes. Si en España no puedo mantener a mi familia tendré que mirar qué posibilidades hay en el extranjero".

Felipe, conocedor de que el rey Alberto II de Bélgica abdicó recientemente, no descarta emigrar a ese país para ver si hay algo para él.

"Lo jodido es que de lo mío apenas hay curro y lo normal es que haya que estar pendiente de que alguien estire la pata para ocupar el puesto; y eso es muy siniestro, tío. Si las oportunidades están en Bélgica, pues a aprender belga y para Bélgica, que lo que a mi me sobra son ganas y un par de huevos".

Casos como el de Felipe no son aislados. Es muy conocido el dramático caso de Carlos, de Inglaterra, que a sus 64 años todavía no ha podido encontrar su primer trabajo. "Es una puta mierda, colega, me falta un año para la edad de jubilación y no he dado un palo al agua. ¿Con qué cara creéis que me presento yo cada día delante de mis hijos?".

Estremecedor.

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