lunes, 5 de agosto de 2013

She's got a ticket to cry

El mes pasado, como la inmensa mayoría de los autónomos, cumplía mis obligaciones tributarias con esta gran nación. Si el negocio fuera medianamente bien, mi declaración trimestral del IRPF sería a ingresar a las arcas del estado, pero como la cosa va como va, me salió a devolver.

Hacienda, que somos casi todos, no es completamente tonta y ante casos tan lamentables como el mío aplica la siguiente directriz: "si sale a tu favor nos lo dices y ya si acaso el próximo trimestre ya te lo descontamos de lo que nos debas".

Como el importe a mi favor es de poco más de tres eurípides, tampoco es para rasgarse las vestiduras. Lo que toca un poquito las pelotas es el modo de tramitar esta situación.

Cuando el importe es a pagar, no hay problema: pasas por el banco y haces el ingreso. En este caso no, hay que sudar la camiseta un poco más. Hay que ir a la delegación de Hacienda que uno tiene asignada por distrito y presentar allí la declaración negativa.

Bien, hay que perder una mañana para ir a una oficina que, por mucho que sea la que me toca por proximidad, cerca, precisamente cerca tampoco está. Exactamente está a 3 kilómetros. Antes estaba a 'escasos' dos mil metros pero los recortes han hecho que la plantilla se traslade a esa otra oficina y que mis zapatos se desgasten un 50% más de lo que deberían.

Que si voy andando? Sí, porque no dispongo de vehículo propio, la combinación de transporte público hasta la Administración da pena (realmente tardo lo mismo yendo a pie que en metro/bus) y la verdad es que coger un taxi para ir a Hacienda a declarar que te tienen que devolver 3 euros no es económicamente coherente.

Pero este no es el motivo de que escriba este post.

Hablemos de los tickets.

Una vez cruzado el mar angosto y superadas la llanuras de los dothrakis uno cruza las puertas de esta franquicia de la guarida del mal, pasa por un arco detector de metales y se planta ante una versión maléfica de un expendedor de números de turno.

A lo mejor soy yo que soy muy tiquismiquis, pero cabe suponer que la máquina AYUDA al usuario a elegir la gestión que debe hacer para que imprima el número de turno correspondiente a la mesa que lleva a cabo esa tarea.

Pero ese sería el camino fácil y ya he dicho antes que estamos en una sucursal de la guarida del mal. Que es lo que sucede entonces? pues que la máquina lo que hace es CONFUNDIR al contribuyente en cuestión. Siembra la duda y el desconcierto de manera que acabe pensando que es un completo inútil que no sabe ni sacar el ticket que corresponde.

Pongamos dos casos prácticos y reales:

Solicitar etiquetas autoadhesivas de estas con códigos de barras que se pegan en los formularios. Pues es obvio que la opción a seleccionar es CENSOS. Razonemos la respuesta. Los censos se componen de muchos nombres que figuran en listas, y una persona debe de ser muy lista para saber que la etiqueta debe estar siempre lista para que la peguen. La correlación es clara: Etiqueta>Lista>Censo.


Este silogismo es de primero de funcionariado pero pasemos a jugar en las grandes ligas del embrollo y el ocultismo. La razón para la que he venido aquí es que me sellen la declaración trimestral del IRPF conforme Hacienda me debe algo de calderilla pero que se me descontará de la liquidación del próximo periodo.

Fácil. La respuesta es INFORMÁTICA. Esta opción a su vez está escondida en un menú que se llama: OTRAS OPERACIONES, si no recuerdo mal.


Desarrollemos la respuesta. Y que los más listillos no vengan diciendo que no se puede, porque sí se puede. Si ha habido un grupo de señores importantes que ha decidido que esto va así, es por algo.

Seamos francos, venir hasta aquí para que te sellen este papel solo por tres euros y pico es de ser un poco tocapelotas. Pudiendo eliminar algun ticket de gasto de estos que son 'de difícil justificación', la cosa quedaría a favor de Hacienda, vas al banco a pagar y aquí paz y después gloria. Pero no, eres el típico tío roñas, un costroso de la vida que no tiene nada mejor que hacer que gastar suela en una magnífica y calurosa mañana del mes de julio. Es decir, eres el típico perfil que, en una empresa cualquiera, llamaría al informático porque se te ha bloqueado la SIM del móvil, la máquina del café no devuelve bien el cambio o hay un problema con la temperatura del aire acondicionado.

Por eso, en homenaje a todos los informáticos del mundo, los casos raros que se presentan en Hacienda van a parar a esta opción.

Y no le deis más vueltas que la cosa es así. No soportaría que hubiera una explicación más lógica...

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