sábado, 5 de enero de 2013

La carta recalcitrante

Realmente una mano oscura (o una mente obtusa, a saber) se ha empecinado en seguir entregando una y otra vez en mi casa la misma carta de la Seguridad Social a nombre del tipo que antes vivía aquí.

Debo reconocer que este evento recurrente y diamarmotil  me concede la excusa perfecta para expresarme en el sobre con diferentes mensajes a las brillantes mentes que persisten incansablemente en el error y, cómo no, me proporciona material para el blog.

Esto quedó suficientemente documentado el año pasado, o el anterior. Pero sin duda lo que más cerca estuvo de detener la dichosa correspondencia fue en 2007 cuando indiqué en el sobre que el destinatario había fallecido. Al menos dejé de recibir la carta durante un par de años.

Pero esta ocasión es muy especial porque se han unido dos eventos muy trascendentes como son el 10º aniversario desde que nos compramos el piso y la víspera de la noche de Reyes.

Por eso he querido plasmar una bonita decoración navideña y festejar este número tan redondo.


El reverso tenebroso lo he personalizado con el popular ribete tricolor típico de las cartas a Sus Majestades los Reyes de Oriente y el siguiente texto:


"Queridos Reyes Vagos de la Tesorería General de la Seguridad Social:

He sido un niño muy bueno y por eso no entiendo por qué cada año me enviáis esta carta a casa si es de un señor que hace diez años que ya no vive aquí.

Yo siempre la devuelvo con la misma explicación pero siempre vuelve como un bumerán o una maldición egipcia.

Por eso os pido, si es posible, que os traigan un jefe más listo para que por fin podáis encontrar al señor de la carta.

Y si no, no pasa nada. Recibir la correspondencia de otro durante tantos años ya se ha convertido en una entrañable tradición en esta casa.

Felices Fiestas y no os canséis".

Ahora entiendo por qué tardaron dos años en localizar a Julio Iglesias para entregarle una citación judicial.

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