miércoles, 18 de abril de 2012

Redenominación de origen XXXI: "Lamentable incidente en el teatro de marionetas"

Si en el año 1895 el público reaccionaba con pavor ante la proyección de la llegada de un tren, filmada por los hermanos Lumière, no es de extrañar que en  las primeras representaciones del teatro de marionetas ocurriera una reacción todavía más exagerada.

A diferencia del inocente y pacífico espectador de finales del siglo XIX, el ciudadano medieval era un ser por lo general ignorante, agresivo y equipado con elementos de autodefensa tales como mazas, dagas, garrotes, espadas y alabardas.


El alto índice de mortalidad entre tirititeros y marionetistas en fiestas infantiles y de entretenimiento al vulgo impidió que el género se desarrollara con la normalidad que se merecía.

De otro modo, ¿de dónde os creéis que viene la expresión 'no dejar títere con cabeza'?

La escena aquí representada (una cena de empresa que se les ha ido de las manos) es un temple y dorado con pan de oro sobre madera, está fechada en el primer tercio del siglo XV y procede de la iglesia de Santa María de Badalona.

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