No quisiera meterme donde no me llaman pero todo este asunto de monjas que trafican con recién nacidos no viene precisamente de ayer y nadie se ha escandalizado hasta ahora.
Por ejemplo, en este lateral de altar de principios del siglo XIV se aprecia perfectamente cómo un representante de la religión única y verdadera está preparando un pedido para un comprador anónimo. La persona en cuestión no quería ser identificada en el retablo por lo que solicitó a los grafistas de la época que pixelizaran su imagen.
Un título como "La compraventa de bebés" me parece que es más que idóneo para esta ocasión.
El futuro del mercado laboral, ¿hacia dónde vamos?
Hace 5 horas
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Escribe aquí tu comentario. Sé donde vives y dónde trabajas!