domingo, 27 de febrero de 2011

El cerrajero, mi mujer y otras cosas de meter

Hacía unas semanas que la cerradura del piso se atrancaba y parecía que un día se nos iba a partir la llave dentro del bombín. Así que, como es mejor prevenir que curar, un día decidimos ponernos en mano de esos misteriosos profesionales que son los cerrajeros.

Las cerrajerías son aquellas empresas que se caracterizan por monopolizar un canal de publicidad muy determinado: las pegatinas pequeñas. Sólo las marcas de fruta utilizan esas pequeñas pegatinas para tunear a sus plátanos o mandarinas, pero no puede considerarse un reclamo de por sí ya que vienen incorporadas al producto adquirido.


Las pegatinas de las cerrajerías aparecen misteriosamente adheridas en persianas metálicas, marcos de puerta y buzones comunitarios. Llegan incluso a superponerse y formar estratos, a través de los cuales uno hasta puede llegar a determinar a qué época pertenecen.

Bueno, pues mi costilla llamó a uno de estos profesionales de la incursión en el hogar ajeno y yo tuve el dudoso honor de atenderlo. El chaval en cuestión subió a casa, se estuvo mirando la cerradura, me pidió la llave, la estuvo probando y al final concluyó:

-Pues sí, no funciona muy bien. Si sólo es cambiar el bombín, son 195€ más IVA. Si en cambio tuviera que cambiar todo el mecanismo y el perfil de la puerta son 295€ más IVA. Si sólo cambio el bombín y resulta que es la cerradura la que está mal y se estropea, entonces ya hay que abrirlo todo y sale más caro.

Vamos a ver, vamos a ver, vamos a ver...

Uno: ¿qué narices es eso de X+IVA? ¿Es que el IVA es opcional? Pues luego me enteré de que sí; más o menos.

Dos: ¿quién es el experto aquí? Yo no, desde luego, para eso ha venido el cerrajero mayor; para que identifique el problema y aplique la solución más adecuada.

Y tres: ¿qué significa eso de que si luego se joroba todo hay que abrir? ¿Es que habrá que hacerle la autopsia para ver dónde nos equivocamos? O mejor dicho: dónde me equivoqué, porque este pollo pretende que sea yo el que asuma la decisión.

Ante este panorama lo único que se me ocurre es decirle que me lo tengo que pensar, rezar para que la cerradura aguante y llamar a otro para tener un presupuesto comparativo. El concepto 'presupuesto comparativo' es una herramienta sutil para detectar si el tipo que ha venido es un estafador, si es un estafador sin escrúpulos o si los cerrajeros del barrio son todos de la misma catadura moral.

En un arranque de ingenuidad llamo al seguro del hogar para saber si mi póliza cubre el coste de este tipo de reparaciones.

-Nosotros le podemos enviar un cerrajero totalmente gratis pero se le cobrará la mano de obra y los materiales empleados. ¿Cuál es el motivo para la sustitución de la cerradura?

-Pues que se ha estropeado.

-Pero, ¿han intentado forzarla?

Un determinado sector de la población hubiera pergeñado una fantástica historia en la que un grupo de ex-militares serbios hubiera intentado allanar mi domicilio, teniendo que salir corriendo justo cuando acababan de petar la cerradura. Este tipo de cuentos, con el único propósito de defraudar a la aseguradora, no sólo no se me ocurren, sino que de intentar llevarlo a cabo se me notaría a la legua.

-No, se ha estropeado y punto.

-¿Quiere que le enviemos a alguien?

-No gracias, para eso ya me basto yo sólo.

Al día siguiente, mi mujer va a otro cerrajero para que le eche un vistazo a la puerta. Entretanto, el primero que vino la llama por teléfono para ver si nos hemos decidido y le comenta que si acaso nos puede hacer la factura sin IVA. Le responde que nos lo estamos pensando todavía.

Finalmente viene el segundo cerrajero a casa para hacer una valoración y le da a mi mujer un precio más económico para lo que sería cambiar el bombín. Ella le dice que si no hace falta entonces cambiar todo el mecanismo y el cerrajero nº2 le pregunta que qué es lo que le pasa a la cerradura, que pensaba que queríamos cambiarla por algún otro motivo.

Ella le explica el problema con la llave y él nº2 se saca un bote de aceite lubricante, engrasa los anclajes y el cerrojo y dice que ya está. La llave gira perfecta y ya no se encalla.

Mi mujer se queda con la boca abierta, pregunta qué se debe y el nº2 (al cual pasaremos a llamar el Cerrajero Honrado) le responde que nada, que dará parte de que sólo había que dar un presupuesto y ya está.

Fin de la historia y 350€ ahorrados. Quisiera añadir una moraleja, pero no se me ocurre nada que no incluya graves insultos hacia Cerrajero Uno.

domingo, 20 de febrero de 2011

Un jubilado madrileño, causante de las revueltas en el Norte de África

Según un cable diplomático de la embajada estadounidense divulgado por el portal WikiLeaks, el origen de las protestas y manifestaciones en los países del Magreb fueron los comentarios hirientes vertidos por Manolo P.G., un fontanero jubilado de Rivas-Vaciamadrid.

Dichos cables revelan que el ciudadano español, en un viaje a Túnez que le regalaron sus hijos por Navidad, se dedicó en cuerpo y alma a malmeter allá por donde iba pasando.

"Es muy típico de Manolo", se lamenta su esposa Engracia, "a mi me da mucha vergüenza ajena ir con él por ahí de viaje; nada le gusta, todo lo critica, pero es que últimamente se pasa de la raya".

Otros pasajeros que habían coincidido con él en este último viaje, operado por Belentours, indican que se pasó todo el rato despotricando: "que si menuda birria de país, que si éstos [omitimos la expresión] nunca llegarán a la altura de los europeos, que no me extraña si todos estos gobiernos son unos ladrones y unos corruptos, que mucha playa y ni una buena gachí a la vista".

El embajador español en Túnez, Don Antonio Cosano, ha declarado que "el pueblo tunecino es muy sentido, la situación estaba un poco tensa últimamente y sólo les faltaba una pequeña chispa para que prendiera la llama de la revolución. Lo de los demás países ha sido una consecuencia lógica".

Varios analistas de inteligencia y técnicos en geopolítica están ahora barajando la posibilidad de que Manolo P.G. sea en realidad el causante del alto porcentaje de inmigración de la Europa del Este en nuestro país, pues hace unos años el individuo en cuestión visitó Rumania en autocar en viaje organizado.

Al ser preguntada, doña Engracia reconoce: "Eso sí, a todo el mundo que se encuentra le dice que como en España no se vive, que como en España no se come, que si las mujeres españolas son las más guapas, que lo que hace falta en España es gente que trabaje... oiga ¿esto para que cadena es?".

domingo, 13 de febrero de 2011

Reclameitor Strikes Bank (parte III - Los papeles, por favor)



Acto III - Sucursal bancaria. Mesita de la Gestor Comercial y de Servicio.

La bruja avería levanta sus posaderas de la silla y se va hacia el despacho del director. Al momento, una de las personas que en el Acto II se estaba rascando el culo en esa parte de la oficina viene a buscarme y me invita a tomar a siento frente a su mesita. Me pregunta en qué me puede ayudar.

-Estaba pidiendo una hoja de reclamaciones. El Banco me ha bloqueado la tarjeta por error.

-Ajá. ¿Y me podrías decir si esto te ha pasado durante el fin de semana? Es que el fin de semana tuvimos muchos problemas con la tarjetas y...

-No, el problema lo tuve ayer martes. Pero ya tengo más o menos claro qué ha sucedido así que si me puedes dar la hoja de reclamación, por favor.

-Ya... es que para poner una reclamación hay que llamar al Servicio de Atención al Cliente, si quieres llamamos ahora desde aquí.

-No. La reclamación quiero ponerla por escrito.

-Es que nosotros no tenemos, sólo hay de las de la Generalitat...

[Pero qué perrera les ha dado con las hojas de la Generalitat, si precisamente éstas son las que realmente van a misa. Las hojas de reclamación internas del banco sólo sirven si alguien de arriba les quiere dar importancia.]

-¡De esas, de esas son las que quiero yo!

-Vale, ahora te la traigo, pero déjame que mire que es lo que ha pasado exactamente, porque tendrías que haber recibido la nueva tarjeta con el chip que sustituye a la que te ha sido anulada. Se entregaron todas.

-¿Y cómo sabéis que se entregaron todas?

-Pues porque se enviaron todas.

-Enviar no es lo mismo que entregar. ¿O acaso las habéis mandado por correo certificado?

-No por correo normal.

-Entonces no tienes la seguridad de que se ha entregado. La carta se puede extraviar, ir al piso equivocado, alguien la puede coger de mi buzón, se me ocurren muchas maneras de que una carta no llegue a mi.

-Pero es que hemos hecho un seguimiento. ¿No te han llamado para ver si la habías recibido?

-No, nunca.

-Ya.

Se levanta y me trae DOS* hojas de reclamación: la del banco (que no tenían) y la de la Generalitat (Agència Catalana del Consum). Antes de empezar a rellenarlas, se me ocurre hacer una interesante reflexión:

-¿No debería tener el Banco de Calafell la capacidad de saber si un cliente todavía está utilizando una tarjeta antigua y en ese caso poder tomar las medidas oportunas para avisarle de que tiene que ponerse en contacto con el Banco para recoger la nueva?

-Así es y así lo hemos hecho.

Se levanta de nuevo y me enseña un listado en el que figuran todas las personas a las que se les envió por correo la nueva tarjeta y que meses después todavía no la habían activado. La chica me dice:

-A estas personas las hemos ido llamando para decirles "eh, ¿recibisteis la tarjeta? Pues activadla". Y si nos dicen que no, les pedimos que se pasen por la oficina para recogerla. El error que ha habido es que tú estás en esta lista, no te hemos llamado y se te ha bloqueado la tarjeta.

-¿Puedes mirar si La Reina Consorte está en este listado?

-Sí, aquí está.

-Pues su tarjeta todavía está operativa.

-Vale, pues hagamos una cosa, os pedimos las tarjetas nuevas a los dos, así podéis venir a recogerlas el mismo día.

-¿Eso implica anular su tarjeta ahora?

-Sí.

Lo primero que me pasa por la cabeza es decirle: "para tener una licenciatura universitaria, probablemente en Ciencias Económicas, me parece que es una idea bastante estúpida; hay mucha gente en el paro que podría hacer mucho mejor tu trabajo y me parece que el dinero que se maneja en los bancos está en manos de auténticos incompetentes". En lugar de eso le he dicho:

-No me parece una buena idea, puesto que en estos momentos su tarjeta es la única que nos sirve para sacar dinero y comprar. No podemos estar sin ella hasta el lunes de la semana que viene.

-Claro.

Y para tratar de demostrar que es una persona que controla y que en realidad quiere ayudar y no entorpecer me dice:

-¿Está la Reina Consorte en casa? La llamaremos para pedirle que compruebe si hoy todavía le funciona la tarjeta. Si le funciona, bien. Si no, que me lo diga. En cualquier caso que me llame antes de las dos de la tarde para saberlo.

No entiendo muy bien la estrategia de hacer esta llamada. Si la tarjeta funciona, cojonudo. Si no, va a tener que ir a la oficina a atizar a la gestora comercial. Me parece una idea bastante tonta aunque inofensiva, así que haremos la llamada.

Ring, ring. La Reina Consorte me responde con voz de sueño. Le explico que estoy solucionando lo de la tarjeta y que compruebe que la suya funciona. Misión cumplida.

-Bueno, y ahora si no te importa, rellenaré los dos formularios de reclamaciones.

Veinte minutos más tarde, con dolor de mano, ya que no escribía tanto desde mi época de exámenes, le dejo la hojas oficiales de la Generalitat para que las selle y me de mi copia. La del banco, como no lleva hoja de calco, le pido que la selle y me haga una fotocopia.

Y con una sonrisa profidén, esperando que todo esto haya servido de algo, me despido de la gestora comercial con mis reclamaciones bajo el brazo
.

*es curioso saber que este Banco se autoproclama como la entidad financiera que menos reclamaciones recibe... ¡pero si hacen lo imposible para que no lo hagas!

jueves, 10 de febrero de 2011

Reclameitor Strikes Bank (parte II - Quiero hablar con el director)


Acto I - Interior habitación.

Amanece. Suena el despertador. Me levanto, echo una meadita y me miro al espejo. Sonrío. Hoy va a ser un gran día. Se va a haber un follón que no sabe ni donde se ha metío.


La ventaja de tener que ir al banco a primera hora de la mañana es que en ese periodo del día suelo mostrarme en mi grado más hostil. Asimismo, me siento fresco y despejado, perfectamente capaz de mantener un encuentro tenso pero educado, destilando bilis y amabilidad a partes iguales.

Acto II - Sucursal bancaria. Una cajera en el mostrador, un cliente y dos personas sin clasificar rascándose el culo en el despacho del director.

Paso la doble puerta de seguridad y entro en escena.


Al cliente que tengo delante le han clonado la tarjeta y han hecho compras con ella por Internet desde Estados Unidos. Perfecto para caldear el ambiente a las 8:15am. Lamentablemente el banco no puede hacer nada, debe poner una denuncia en la Policía, lo sienten mucho y blablabá.

Me toca.

-Buenos días. Ayer fui a comprar un bono de metro en una máquina expendedora de billetes y me avisó que la tarjeta financiera había sido inhabilitada. Llamé al soporte telefónico del Banco de Calafell y me dijeron que se había denunciado la pérdida. Como les dije que no se había denunciado la pérdida entonces rectificaron y me dijeron que se trataba de un error. Un error del banco. Vengo a que la desbloqueéis.

La cajera, que es pariente cercana de la Bruja Avería, me mira por encima de la montura de las gafas y me dice:

-Ah, no. No te la podemos desbloquear si ha sido bloqueada.

-Pero si la han bloqueado por error...

-Vamos a ver, déjame tu deneí.

Se lo doy. Comprueba los datos en la pantalla y me confirma:

-Pues sí, está bloqueada por pérdida.

-Ya pues, ni se ha perdido ni se ha denunciado la pérdida.

-¿Entonces?

Y me remito al párrafo 5 del acto segundo.

-Ya. Pues te tendré que pedir una nueva. Hoy estamos a miércoles... el lunes la puedes venir a buscar.

-Y mientras tanto, me quedo sin tarjeta y sin poder sacar dinero, comprar, y todo porque alguien ha cometido un error.

-Bueno, si necesitas dinero dime cuánto quieres y te...

A ver a ver a ver... ¿me está ofreciendo dinerito como si fuera mi madre y yo tuviera quince años? Esta señora se está confundiendo. Yo lo que quiero son dos cosas: saber quién ha metido la zarpa con lo de mi tarjeta y cagarme en sus antepasados.

-Ejem, lo que no entiendo es cómo es que la han bloqueado así por las buenas.

Me coge la tarjeta, se la mira y dice:

-Ahhhhhhh... ¡ya sé porqué está bloqueada!

Y me pega una mirada de "pero mira que no te enteras, hombre".

-Es que esta tarjeta es de las antiguas, ahora las hemos cambiado por las que llevan el chips... el micro... el chis...

-El microchip.

-¡Eso!

Y con aire triunfal declama:

-Ese es el motivo de que se te haya bloqueado la tarjeta.

-Me parece estupendo, pero ¿no hubiera sido correcto avisarme de que la tarjeta sería inhabilitada?

Y se le pasa la euforia del científico descubridor.
-Claro, claro. Déjame ver.

Y tecletea algo en su ordenador.

-Lo que no entiendo es cómo te han bloqueado la tarjeta vieja si no se te ha emitido la tarjeta nueva.

Yo lo que no entiendo es cómo aún no la he agarrado por los hombros y la he zarandeado a la voz de ES-PA-BI-LA. Ah, sí lo sé: es por la mañana, estoy fresco como una flor y mi instinto de ogro berserker todavía está en fase embrionaria.

-Bueno, el lunes me paso. O mejor, vendrá la reina consorte, cotitular de la cuenta y la recoge en mi nombre. ¿Hay algún problema?

-Necesitará una autorización.

-Vale. ¿La autorizo yo con un papel a mi rollo o preparáis vosotros alguna especie de documento?

-La puedes hacer tú mismo.

-Perfecto. Ahora quiero poner una reclamación.

Y me mira con cara de liebre deslumbrada.

-¿Perdona?

-Que quisiera presentar una reclamación. Por lo del error y las molestias.

-Nosotros aquí no tenemos hoja de reclamaciones, tendrás que llamar al Servicio de Atención al Cliente.

-No. Yo no tengo que llamar a ningún sitio. Quiero formular una reclamación por escrito.

-Ehhh... pues es que aquí no tenemos... bueno están las hojas esas de la Generalitat...

-Esas son las que quiero, me va perfecto.

-Verás, esto... no las tengo yo, se las tengo que pedir a una compañera. Espérate que se lo digo.

-Vale, me espero. Yo ya debería estar en el trabajo, así que no me viene de un ratito más.

Y así fue como, pasando al Acto Tercero, conocí al Gestor Comercial y de Servicio.

[continúa]

miércoles, 9 de febrero de 2011

Reclameitor Strikes Bank (parte I - Basterd card)

Por fin.

Queda inaugurado el primer caso de reclamación de 2011. Yo es que sin estas emociones ya no sé vivir.

Exposición de los hechos.

Ayer por la tarde, después de salir del trabajo entro en la boca de metro y voy a la máquina despachadora de billetes para sacar una T10. Introduzco mi tarjeta bancaria en la máquina y me aparece un mensaje en la pantalla indicando que mi "tarjeta ha sido inhabilitada". Y me la escupe. Afortunadamente la escupe. Si hubiera sido en un cajero, se la hubiera tragado, no me cabe la menor duda.

Eso me permite consultar los teléfonos 902 que aparecen en el reverso tenebroso de la tarjeta y llamar al que figura en primer lugar.


Cuando uno se queda tirado no consuela mucho hablar con una máquina de las que te va indicando "si quiere información sobre nuestros productos marque el 1, si desea presentar una reclamación marque 2". El 3 era "otros" o algo así. Todavía no tenía claro en qué situación me hallaba así que elegí la puerta número tres.

"Si desea formular una consulta sobre su tarjeta, pulse el 1...", este tiene que ser, quiero saber que rábanos pasa con mi tarjeta.

"Lo sentimos, Servired no puede ofrecer información acerca de su tarjeta. Póngase en contacto con su entidad bancaria".

Cojonudo. Ahora sé tres cosas: que el primer teléfono es de Servired, que Servired no sabe una mierda de mi tarjeta y que he perdido el primer comodín de la llamada.

Marco el segundo número de teléfono. Después de pasar el test de la voz robótica, me avisan que la llamada va a ser grabada y me pasan con lo que aparentemente es un ser humano.

-Banco de Calafell buenas tardes, le atiende Julita ¿en qué le puedo ayudar?

-Verá he ido a utilizar mi tarjeta bancaria y me ha aparecido un mensaje indicando que la tarjeta está inhabilitada.

-Indíqueme su nombre y su deneí.

-Xavi1973, equisequisequisletrape.

-Muy bien, Sr. Xavi1973, necesito que me facilite su fecha de nacimiento.

-El tal de cual del año pascual.

-Ajá. Ahora dígame las cuatro primeras cifras y las cuatro últimas de su número de tarjeta.

[Me da la sensación de que si acierto esta última pregunta me llevo el bote acumulado].

-unodostrescuatro y cuatrotresdosuno.

-Bien. Sr. Xavi1973 le comunicamos que su tarjeta efectivamente ha sido bloqueada.

[Perfecto, tenemos un coincidencia de información del 100%]

-¿Y por qué ha sido bloqueada?

-Han denunciado su pérdida.

-Mmmm... la verdad es que no se ha denunciado su pérdida.

[El índice de fiabilidad ha descendido al 50%]

-Déjeme ver. Ah. Creo que se ha tratado de un error.

-Muy bien, pues desbloquéela.

-Desafortunadamente nosotros no la podemos desbloquear. Tendrá que ir a su oficina para resolver la incidencia.

[El coeficiente de efectividad ha caído en picado hasta el 0% y mi nivel de cabreo empieza a mostrarse como valor en alza].

-Vamos a ver. ¿Quién ha dado la orden de bloquear la tarjeta?

-No lo podemos saber, señor.

-A ver si lo entiendo. Antes de poder hablar con usted he sido avisado de que la conversación iba a ser grabada. Para poder hacer la consulta le he tenido que dar mi nombre, mi deneí, mi fecha de nacimiento y 8 de los dígitos de la tarjeta. ¿Y pretende usted hacerme creer que no sabe rastrear el origen de la petición de bloqueo?

-Lo siento señor, ya le he dicho que se trata de un error.

-Vale, pero un error de ustedes.

-Así es, lo siento.

-Pero ustedes ¿quienes? Servired o el Banco de Calafell.

-El Banco de Calafell.

-Pero el Banco de Calafell ¿quién? ¿mi oficina o la central?

-No lo sabemos, es un error. Lo sentimos.

[Me temo que la operadora ha entrado en un bucle]

-Pues me dejan ustedes jodido. Hasta mañana por la mañana no puedo ir a la oficina y solucionar esto. Porque, ¿puede ir mi pareja, que es cotitular de la cuenta, ir en mi lugar y desbloquear la tarjeta?

-Sí, por supuesto.

[Nota mental: ante todo debo ir yo a la oficina o van a marear a la reina consorte]

-Muchas gracias por su ayuda.

-Muchas gracias a usted por llamarnos.

Análisis de la situación.

Llevo un billete 50 euros en la cartera pero la máquina expendedora de billetes de metro no acepta billetes de este calibre y en esta estación no hay taquilleros.

Afortunadamente me queda un viaje en el bono de metro.

En caso contrario las opciones hubieran sido las siguientes:

1) Colarme en el metro.

2) Dar un saludable paseo de 50 minutos hasta casa.

3) Subir al autobús y arriesgar mi vida al intentar pagar con los 50 machacantes.

4) Coger un taxi y pretender ingenuamente que el banco me abone el coste más adelante.

5) Llamar al teléfono de atención del cliente del Banc de Calafell y que envíen una limusina a recogerme.

6) Telefonear a mi padre e intentar convencerlo de la necesidad de que me lleve a casa en su coche.

Debo admitir que estas alternativas están ordenadas de más a menos viables o, lo que es lo mismo, de menos a más desagradables.

Utilizo mi último viaje de metro, entonces.

Trato de canalizar mi ira y mientras preparo mentalmente lo que va a ser mi encuentro con los obtusos de la sucursal.

lunes, 7 de febrero de 2011

Arma Letal (parte II - Hellphone)

Seguro que algunos de vosotros, después de lo que leísteis ayer, no miraréis del mismo modo a vuestro dispositivo BlackBerry.


Pero por si todavía queda algún valiente que diga que todo esto no son más que majaderías, aquí os dejo el resto del texto del manual de seguridad, todo un compendio de la alegría y el buen rollo donde los haya.

Pasemos a la página 5 del libreto:

"La exposición a las luces parpadeantes del dispositivo BlackBerry puede provocar ataques epilépticos o desmayos y puede ser peligrosa para usted o para otras personas". Si combinamos hábilmente el manejo del altavoz y el brillo de la pantalla, el dispositivo BlackBerry puede constituir un eficaz dispositivo de defensa personal contra robos y agresiones.

"Si utiliza el dispositivo BlackBerry al conducir puede exponerse usted o a los demás a un mayor riesgo de accidente provocando lesiones graves, la muerte o la pérdida de propiedad". Huelga decir que si lo que se conduce es un camión cisterna cargado de gasolina hasta los topes, explotará con mucho ruido y enormes columnas de humo negro.

"No utilice el dispositivo BlackBerry en presencia de gases ya que se puede presentar un riesgo de incendio o de explosión". Lo cual aconseja evitar dietas ricas en legumbres, obviamente.

"No tire el dispositivo BlackBerry al fuego ya que se puede producir una explosión causando lesiones graves, la muerte o la pérdida de la propiedad". Para acabar de un modo definitivo con el dispositivo BlackBerry solamente servirá arrojarlo al Monte del Destino

"El uso del dispositivo BlackBerry en un avión podría afectar a la instrumentación, comunicación y funcionamiento del avión [...] y constituir un acto ilegal". A estas alturas lo que uno se cuestiona es si la fabricación y la tenencia de dispositivos BlackBerry constituye un acto ilegal de por sí.

Y si no nos tiembla la mano, pasamos a la página 6 para terminar leyendo que:

"Desde un punto de vista intrínseco, los dispositivos BlackBerry no se pueden considerar seguros, por lo que no se pueden utilizar en presencia de gases explosivos, polvo explosivo u otros agentes químicos de carácter explosivo [...]", y acaba con lo de las lesiones graves, la muerte, la pérdida de la propiedad, blablabla, amputaciones, dolor, etc.

De todo lo expuesto, la frase que mejor resume todo es la de "Desde un punto de vista intrínseco, los dispositivos BlackBerry no se pueden considerar seguros".

Y punto. Lo demás es recrearse innecesariamente en el dolor y el sufrimiento.

domingo, 6 de febrero de 2011

Arma Letal (parte I - Highway to Cell)

En un determinado momento de mi meteórica carrera profesional, la empresa tuvo la gentileza de asignarme un dispositivo móvil BlackBerry. Algunos ya sabréis que mi relación con la tecnología en general y con la telefonía móvil en particular no suele ser muy placentera, pero dado que el disponer de un cacharro de éstos viene a ser un símbolo de estatus, no le íbamos a hacer un feo.

Con estas cosas suele suceder como con el cerebro humano, que empleamos el 10% de su capacidad. El personal del Departamento de Sistemas todavía utiliza menos su potencial intelectual, así que me dieron el teléfono tal cual, sin caja ni manual de instrucciones. Es como si te dijeran: "Aquí tienes. A partir de ahora va a ser tu mejor amigo. Ya os iréis entendiendo".


Hasta ahí ningún problema. Pero como soy un tipo con inquietudes, quería sacar más partido al aparatejo y, rebuscando por los rincones de la empresa (no me preguntéis dónde), encontré un librillo que podía arrojar algo de luz sobre la materia.

Se titulaba "BlackBerry Curve 8520 Smartphone - Información sobre el producto y la seguridad". Un nombre que no incita a la lectura, lo sé. Lo que nunca alcancé imaginar era la cantidad de horror que se escondía en su interior...

La página 3 del manual empezaba pisando fuerte: "El uso de baterías que no han sido aprobadas por Research In Motion (RIM) puede representar un riesgo de incendio o explosión, que podría causar daños graves, la muerte o la pérdida de propiedad".

Toma ya. Además, estas gentiles advertencias se aplican también al uso de fundas y cargadores. No importa de qué elemento se trate: todo lo que entra en contacto con el dispositivo BlackBerry puede estallar, sembrando la muerte y la destrucción a su alrededor.

Sigamos: "Si normalmente lleva el dispositivo BlackBerry en contacto con su cuerpo, utilice una funda RIM [...] o mantenga una distancia de 25 mm. entre el dispositivo y su cuerpo mientras el dispositivo está transmitiendo. [...] Los efectos a largo plazo por exceder las normas de exposición a RF pueden presentar el riesgo de daños graves". Mmm... me gustaría saber cómo utilizar un aparato que está pensado para pegártelo a la oreja sin que se me derrita el cerebro. A lo mejor si conectamos el altavoz...

Ah! pues no: "No acerque nunca el dispositivo BlackBerry al oído cuando active el altavoz del dispositivo BlackBerry. Podría sufrir lesiones auditivas graves e irreversibles". Si queremos utilizar un teléfono el resto de nuestras insignificantes vidas, nada de juntar altavoz y oído.

"No dependa del dispositivo BlackBerry para comunicaciones de emergencia. Las redes inalámbricas que son necesarias para hacer llamadas de emergencia o enviar mensajes no están disponibles en todas las áreas [...]". Total, lo más probable es que la emergencia sea que el dispositivo BlackBerry ha explotado. Mejor acudir a un locutorio paquistaní.

"No desmonte el dispositivo BlackBerry. El dispositivo BlackBerry contiene piezas pequeñas que pueden provocar riesgo de asfixia". Se sobreentiende que la edad media de un usuario de BlackBerry supera los 4 años de edad; aún así, yo propondría cambiar el texto por: "No intente comerse el dispositivo BlackBerry".

"Mantenga el dispositivo BlackBerry alejado de dispositivos médicos, incluidos marcapasos y audífonos, ya que pueden funcionar incorrectamente provocando lesiones graves o la muerte a usted o a otras personas". Todos sabemos que el personal sanitario tiene órdenes de alejamiento contra los dispositivos BlackBerry. El tema de la muerte empieza a ser tan recurrente que ya ni asusta.

"No ponga el dispositivo BlackBerry en contacto con líquidos, ya que se puede provocar un cortocircuito, un incendio o una descarga eléctrica". Menudencias. Yo aquí, a estas alturas, hubiera amenazado con la mutación y multiplicación del dispositivo BlackBerry en una horda de gremlins furiosos.

Apocalíptico, ¿verdad? Pues solamente hemos llegado hasta la página 4 del manual.

En la próxima entrega acabaremos desgranando las advertencias de un dispositivo que tiene más peligro que las siete plagas de Egipto.