lunes, 3 de mayo de 2010

Los amantes del círculo cular


No se conocían. Sus miradas se cruzaron y, a pesar de la distancia que los separaba, en ese preciso instante supieron que estaban hechos el uno para el otro. La multitud que había entre los dos los separaba de un modo inevitable, pero en el fondo de sus corazones estaban convencidos de que pronto se fundirían en un suave y tierno abrazo.

Encontrarse frente a frente sólo era cuestión de paciencia. El tiempo transcurría lenta pero inexorablemente y, poco a poco, cada vez eran menos los que se interponían ellos dos. Mientras tanto, a medida que los demás se iban yendo, surgieron las dudas: “¿se marchará con otra?” pensaba ella. “¿Me esperará hasta el final? “ se preguntaba él.

Al fin, el momento ansiado llegó y sus rostros se iluminaron de felicidad. “Sabes que esto va a durar muy poco, ¿verdad?” dijo él con la voz temblorosa. “Lo único que sé es que habrá merecido la pena” le respondió emocionada.

Ella se recostó y se cubrió con una delgada sábana hecha en Huelva. “Hueles muy bien” le susurró el al oído. “Es J nº5”, le dijo ella con un hilo de voz. “Te amo, mi vida” fueron sus últimas palabras.

Y de ese modo, su destino les alcanzó.

sábado, 1 de mayo de 2010

Percy Olivares y el ladrón del ADSL (3ª parte)

[continúa del post anterior]

Pasó el fin de semana, y al martes siguiente, al volver de trabajar me encontré un papelito en el buzón. Era una nota de paso de una empresa de mensajería. Decía que al no hallarme en mi domicilio, le habían dejado el paquete al vecino de arriba.


¿Paquete? ¿Qué paquete? Yo no estaba esperando nada, los proveedores hace tiempo que no me mandan jamones a casa y en la nota no indicaba quién era el remitente así que, si quería resolver la incógnita, tendría que ir a molestar al vecino en cuestión.

Llamé a la puerta de mis nuevos vecinos de arriba y me abrió una señora mayor. Parecía que me estuviera esperando, porque ya llevaba el paquete entre las manos y me lo dio rápidamente, como si sobre él pesara una maldición egipcia.

Antes de que cogerlo entre mis manos, supe que aquello tenía que ver con Percy...

Mientras bajaba hacia mi piso, leí todo el texto de la enorme etiqueta de la caja y efectivamente, en un rincón ponía 'Telefónica'. No lo quise abrir. Me imaginé que en el interior habría un kit ADSL que Telefónica tenía la gentileza de hacer entrega con tal de poder acceder a la ampliación del ancho de banda de Internet. Y recordé que el bribón de Percy me había explicado la milonga de que sólo tenía que desconectar y conectar el router. Claro. Desconectar el viejo, recibir el nuevo y enchufarlo. Pequeño detalle que al muy mentiroso se le debió pasar por alto, entre otras muchas cosas.

Pues nada, a llamar al 1004.


Otra vez.

Me atendió la tercera teleoperadora sudamericana en lo que llevaba de semana. Tras hacer las pertinentes presentaciones:

-¿En qué le puedo atender?

-Verá, he recibido un paquete de ustedes y no por qué... parece que contiene un kit ADSL.

-En efecto, es un router inalámbrico.

-Pero es que no lo quiero, yo no le he pedido.

-¿Cuál es el motivo de la devolución?

-Un compañero suyo me contrató ilegalmente la ampliación de 6 a 10 megas. Llamé para cancelarlo y puse una queja. Aún así ustedes han decidido enviarme el router de todos modos pero yo no quiero ¿Va a suponer todo esto algún coste para mí?

[transcurren unos segundos mientras la pobre chica asimila la información]

-No hay problema. Déjeme un número de móvil para que se puedan comunicar con usted y recoger el paquete.

Nunca, nunca jamás le doy el móvil a ninguna empresa de servicios. Bastante tienen con molestarme constantemente a través del número fijo.

-Lo siento, no tengo. Y en casa no estoy en todo el día, de hecho el paquete se lo han entregado a un vecino. ¿Puedo enviarlo yo a algún sitio?

-¡NONONO! [Caramba parece que he tocado un punto sensible, no querrán que sepa dónde está su guarida]. Tenemos que pasar a recogerlo nosotros.

-Bueno, pues que me llamen al trabajo, allí estoy localizable todo el día.

-Muy bien señor, ya he tomado nota del número al que quiere que le llamen, muchas gracias y buenas noches.

Me llevé la caja SIN ABRIR al la oficina, al día siguiente nos anunciaron el ERE (aunque esa ya es otra historia) y hasta el día de hoy Telefónica ni ninguno de sus secuaces ha hecho ningún movimiento al respecto.

Ya han pasado dos meses y medio, en las facturas no ha venido nada raro así que podría darme por pensar que se desentienden del asunto. Es lógico suponer que les sale más a cuenta olvidarse del paquete que enviar a  alguien a por él. Así que hoy he desenvuelto el paquete...


Tranquilos, no hay nada raro. Sólo un nuevo y flamante aparato manufacturado en china, que huele a nuevo pero que no pienso utilizar. Si alguien lo quiere, mi número es

[fin de la transmisión]