viernes, 23 de julio de 2010

Letra pequeña


"Traspasa saldo a otro móvil Genaro, de 2 a 10eur, sin decimales. Envía TRASPASO importe móvil al que traspasas al 470. SMS sin coste".

Que yo pensé: ostras, esto es cojonudo. Me viene al pelo, es simple, rápido y encima gratis.

Y a continuación la pregunta que me hice a mi mismo fue: ¿dónde está el truco? Pero luego me dije: qué puñetas, voy a probar. Al fin y al cabo lo haré con el dinero que venía gratis con la nueva tarjeta. Si sale bien, estupendo. Y si sale mal, tengo tema para un post.

Obviamente estoy escribiendo sobre ello, así que no hay que ser muy clarividente para deducir que la cosa no salió como yo esperaba.

Después de enviar el mensaje, recibí otro que decía:

"El traspaso de saldo no se ha realizado porque esta línea no dispone de la antigüedad minima de 3 meses para realizar un traspaso. Condiciones en genaro.es".

Condiciones que en el primer mensaje no se mencionaban. Por tanto, no se puede hablar estrictamente de letra pequeña, sino de ausencia de la misma. 

Aprovecho, desde estas líneas, para preguntar a la humanidad en general y a la compañía de telefonía móvil en particular a qué viene una restricción de este tipo. La considero absurda. En cualquier caso da igual, tengo la paciencia de un depredador; esperaré los tres meses de rigor para traspasar el dinero.

Pero entonces me ha dado por leer el librito que venía en la caja del teléfono (sí, aquella que uno no suele llevar en el bolsillo trasero del pantalón y que lleva inscrito el número IMEI). Es el típico librillo que nadie se lee nunca y que viene cargado de densos párrafos contenido legal impreso en fuente de cuerpo 1.

Pues para que la tarjeta esté operativa, o sea, que empiece a adquirir antigüedad, debe realizar una llamada a un número no gratuito. Bien, retorcidas mentes criminales, lo tendré en cuenta.

Y como ya me ha picado el gusanillo de la letra tamaño mini, he seguido mirando los papelotes promocionales que acompañaban al librillo aburrido. Uno de ellos, plastificado y con una atractiva combinación de naranja corporativo sobre fondo negro, ensalza las excelentes virtudes de los módulos de ahorro (que no son sino lo contrario: una crujida para el bolsillo, se elija lo que se elija) y las tarifas de tarjeta.

Estas tarifas se presentan llamativamente del palo: -50% en todas las llamadas, 0 céntimos el minuto, o a 10 céntimos/min. a todos los operadores.

Después de lograr leer la letra pequeña (no sin peligro de pérdida de visión, ya que ha sido maquiavélicamente impresa en color blanco sobre fondo naranja o en tamaño que requiere microscopio) uno puede sintetizar que el espíritu de las mentes pensantes del departamento comercial es el de "elijas lo que elijas, te la vamos a clavar".

La tarifa plana, una de las que se vende a 0€ el minuto, requiere una cuota de 6€ por semana.

Las otras tarifas exigen una recarga mensual de 10€ o se pierden las tarifas reducidas.

Es decir, que dentro de todo, la tarifa plana de 0€ al final acaba costando más que las demás, y tiene otras limitaciones, tales como horario en el que se puede llamar, máximo de minutos semanales y máximo de números de teléfono a los que llamar. Aquí podemos aplicar la máxima de: menos es más, o lo que es igual: te piensas que pagarás menos pero gastarás más.

Para ilustrar todo este galimatías, he elegido la mítica secuencia de la librería, de la película Top Secret!, en la que sale el hombre de la lupa, en la que no se entiende nada de lo que se habla y que sólo al final descubres que todo es al revés de lo que parece.

2 comentarios:

  1. Parafrasejant a Gandalf.... IN-SEN-SA-TOOOOO!!!!!!

    Quina gran peli, Top Secret....l'haurien de passar a les escoles.

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  2. Me estás llamando Mediano?, qué bo Fernando Fernán Gómez al Señor de los Anillos...

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