martes, 12 de enero de 2010

Hell's Kitchen - Ingredientes


Esta sección no nace con ningún espíritu didáctico, filosófico ni de orientación personal. Simplemente tratará de plasmar la cutre realidad del que, aún no teniendo mano para la cocina, destila más voluntad que acierto en cuanto se pone delante de un fogón.

Para ello, se describirán elementos tales como el entorno hostil en el que se desarrollará la actividad culinaria, los utensilios a esgrimir o sencillas recetas que devienen en una trampa letal para el ser humano.

El fin último será, a grandes rasgos, echarse unas risas.

Procederemos pues a enumerar los cuatro grupos básicos en los que se encuadran los componentes de una receta vulgar y corriente:

El ingrediente exótico. Este componente no se caracteriza necesariamente por el grado de lejanía de su lugar de procedencia, pues la proliferación de badulaques y colmados latinos hacen que el cardamomo, el tamal, el curry vindaloo, los duraznos, el choclo, los porotos o el chile chipotle sean relativamente fáciles de adquirir. Lo que a uno le hace sudar la camiseta es tener que agenciarse glicerina, bicarbonato monosódico, trigo sarraceno, harina de malta, agua de rosas o clavo de olor. Que no sabes por dónde empezar a buscar: si en una farmacia de guardia, en una ferretería industrial o revolviendo en la despensa de la abuela.

El ingrediente sorpresa. Muchas recetas se caracterizan por contar con un ingrediente secreto que suele dar al plato un toque especial que lo eleva a una categoría superior. Pero en Hell’s Kitchen la atención no se centra en el ingrediente secreto, sino en el ingrediente sorpresa. El ingrediente sorpresa es, por definición, aquél que no figura en el listado inicial sino que aparece súbitamente en mitad del texto que detalla la elaboración. Es bien sabido que un Hell’s Chef siempre lee el apartado de preparación a medida que va cocinando. Por lo tanto, lo que destacará a un buen Hell’s Chef por encima de otros quema-cacerolas será la capacidad de adaptación y de improvisación. En este caso, aparecerá el indispensable:

Ingrediente suplente. Éste abarca un amplio espectro de productos (alimentarios o no) que pueden ir desde el queso Filadelfia al serrín. El ingrediente suplente aparece como medio de salvar el hueco dejado por un ingrediente sorpresa, un ingrediente exótico o para suplir cualesquier tipo de carencias debidas a la falta de disponibilidad en el economato o bien por representar su compra un nivel de inversión superior a la realidad de la economía doméstica.

Todo lo demás. Como su propio nombre indica, y sin tener que hacer grandes esfuerzos deductivos, este apartado engloba todo lo que no tenga cabida en los tres puntos anteriores. ¿Que se podrían haber hecho más clasificaciones? Seguro que sí. Pero 4 es un número que está bastante bien. Ni poco ni mucho. E históricamente ha triunfado bastante: los cuatro evangelios, los cuatro Fantásticos, los cuatro puntos cardinales, los cuatro jinetes del Apocalipsis, las cuatros estaciones de Vivaldi, los cuatro-ojos y las cuatro esquinitas que tiene una cama. Sí; digamos que cuatro está bien.

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