jueves, 21 de enero de 2010

Hell's Kitchen: croquetas


Hoy desvelaremos el arte de tirar unas cuantas croquetas en una sartén con aceite.

Dado que una bolsa puede contener una docena de las susodichas croquetas, combinaremos dos técnicas milenarias para ofrecer un festival de sensaciones a nuestro paladar.

Es muy importante realizar la siguiente operación para garantizar el mejor de los resultados: sacar la bolsa del congelador, extraer la mitad de su contenido y guardar la bolsa de nuevo en el frigorífico. Dejar que las unidades de la primera tanda se descongelen unos minutos a temperatura ambiente, tras lo cual procederemos a preparar la:
 

Tempura de croquetas

Encender uno de los fogones y, sin dar tiempo a que se caliente ni nada, tirar las croquetas de inmediato en abundante aceite. Eso permitirá que las croquetas absorban una cantidad de líquido superior a la habitual, dándole a la masa ese toque mediterráneo tan saludable. Al minuto, las retiraremos de la sartén, conservando todas las vitaminas y propiedades del alimento.
 

A continuación, subiremos el fuego a tope y, cuando la humareda sea de un tamaño considerable, abriremos las ventanas, encenderemos el extractor a máximum power y arrojaremos las croquetas restantes directamente del congelador para elaborar el:
 

Sorbete crujiente de croquetas 

Es importante no dejarse dominar por el pánico, pues va a tener lugar una reacción violenta en la sartén, debido a que el aceite hirviendo y el hielo de las croquetas explosionará, chisporroteando en todas las direcciones. Puesto que los daños personales difícilmente pasarán de quemaduras de primer grado (a no ser que haya mala suerte y nos salpique en un ojo), trataremos de conservar la calma y mantendremos las croquetas bajo control hasta que la corteza exterior adquiera una tonalidad… tonalidad no, color negro.
 

Habremos conseguido unas amorfas cápsulas de carbón, cuya virtud reside en que bajo una quebradiza corteza con sabor a nada, emergerá una pasta dura y fría con sabor a algo que iremos chupando poco a poco.
 

Con cuidado de no resbalar por el suelo, pues éste habrá quedado irremediablemente cubierto de microscópicas partículas de aceite de girasol, alternaremos los dos tipos de croquetas en un plato grande sin lechuga y sin nada, y nos dirigiremos a la mesa para disfrutar de una bien merecida cena.
 

El experto en nutrición sugiere acompañar el plato con una Cocacola bien fría.
 

¡Buen provecho!

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